Restaurante El Semáforo de Finisterre - Fisterra, A Coruña

Pep V.

Este restaurante es el premio para el peregrino. Es el colofón de placer gastronòmico para despues de 872 km des de Roncesvalles. La vista, la comida, el menú de 50€ es una maravilla que compensa el esfuerzo realitzado. Es la recompensa por tantos días de sacrificio voluntario. Las Zamburiñas y el arroz de marisco es la justa medida de la felicidad en la tierra. Ohhhhh Fisterra, meca del caminante. Gracias por hacer feliz al peregrino.

Itziar ?. J. G. M.

La comida estaba muy buena (el solomillo espectacular), el emplazamiento único y la atención fue muy buena por parte del camarero.
Precios un poco subiditos para lo que es.
Nos llamó la atención que, teniendo platos por los que cobran casi 100€ o vinos de 300€/botella tuvieran Spotify con anuncios...

Amaya S. B.

El lugar es impresionante con unas vistas que animan a dejar volar la mente. El restaurante cuenta con unas profesionales muy cualificadas, amables, rápidas, atentas y de trato cercano sin agobiar. Punto y a parte merece su cocina, de gran calidad y frescura, nos permitió disfrutar de manjares de la gastronomía gallega. Es un acierto absoluto apostar por degustar su carta. Gracias por atendernos a mi madre, mi hijo, nuestro perro y a mi, con tanta profesionalidad y amabilidad. Sin lugar a dudas, volveremos.

ana H.

EXCELENTE!!
Restaurante pegado al faro , con una decoración sublime ,muy bonita y con todo tipo de detalles
La atención de las camareras majisimas y agradables y sobre el gerente ,un punto y aparte de amabilidad y profesionalidad ,nos ayudo a la buena elección de una carta de la que quieres probar todo !
Exquisitos todos los platos , bien presentados y buenísimo
Volveremos

L&C

En O Semáforo de Fisterra, donde la tierra se rinde al océano y el tiempo parece detenerse, vivimos una experiencia que trasciende lo culinario. Tres peregrinos, cansados pero llenos de ilusión, encontramos refugio en la mesa de su cafetería, donde Débora, Fernanda y Jacinto nos ofrecieron algo más que un servicio impecable: nos regalaron humanidad. Esa hospitalidad genuina que no se encuentra en ningún manual, sino en el alma de quien entiende que la mesa es un lugar de encuentro y reconciliación.

El menú fue un viaje en sí mismo. Las almejas, recién traídas del Atlántico, hablaban de tradición y frescura en cada bocado. Las croquetas, suaves y reconfortantes, parecían un abrazo hecho masa. El bacalao, cocinado con una precisión que revela respeto al producto, y la ensalada de bogavante, un homenaje al equilibrio entre sofisticación y sencillez. Cada plato contaba una historia que conectaba con el lugar, con la brisa salada y el sonido del oleaje que enmarca este espacio único.

Pero lo que más nos conmovió fue la generosidad de quienes nos atendieron. Admiramos profundamente a personas como Débora, Fernanda y Jacinto, que dejan sus propias familias para dedicar su tiempo y cariño a quienes llegan a su mesa. Ese sacrificio, que para muchos pasa desapercibido, es lo que convierte una simple comida en un acto de cuidado y amor. Nos sentimos acogidos, como si fuéramos parte de algo más grande, y esa sensación no tiene precio.

En un mundo que avanza a toda prisa, O Semáforo nos invita a detenernos y a recordar que, al final del camino, lo esencial no es el destino, sino cómo y con quién lo compartimos.

‘Donde termina el camino, comienza la eternidad. Porque no hay final, solo un nuevo horizonte.

Pérgolas B. P.

Un lugar único, donde el sexto sentido que es la gastronomía te sorprende con platos básicos, pero de muy buena calidad. Unos amigos hemos hecho una ruta gastronómica, por todo el perímetro de España durante 87 días y 24.000 km y sin lugar a dudas este es uno de los restaurantes que más nos ha gustado de la geografía española por ubicación por calidad del producto y por el trato humano que nos han dado desde la chica de cafetería hasta las chicas de cocina y servicio. Agradecer a Jacinto el trato tan próximo que nos ha dado y que nos ha hecho sentir como si estuviéramos en el comedor de nuestra casa. Muy recomendable la experiencia de dejarte aconsejar por Jacinto y su servicio de mesa y alojarse en el Hotel. Simplemente The Endland…

Marius P.

Totalmente recomendable👌
Hemos probado diferentes platos y estaba todo perfecto. No podría destacar nada porque todo estaba muy bueno, desde la ensalada tres quesos gallegos (muy buena mezcla de sabores), el pulpo a la brasas (el mejor he tomado en Galicia), lomo de lubina (muy bien hecha, limpia de espinas y buenos acompañamientos) y el entrecot (calidad, punto de la carne).
Para acabar los postres aseguran una magnifica experiencia.
En cuanto al ambiente, acogedor y buena música de fondo en terraza perfecta para tomar algo con el atardecer de fondo🫶
A destacar la amabilidad del personal además de estar siempre atentos 👏

Raphaël M.

Sitio con vistas maravillosas sobre el mar y la puesta del sol. Comida buena y con productos locales. Solo punto malo si se puede decir así. Cogimos una ensalada de bogavante propuesta a fuera de carta, unos longueirons y dos platos uno de pulpo asado y otro de merluza, le preguntamos al camarero si es mucho o no y nos respondió que no que era lo que mucha gente pide y le hemos hecho confianza, no devimos. De una, la ensalada era para dos personas o como plato para una sola. De dos, cuando llegó la cuenta la misma ensalada costaba ella sola 60€ y no lo había anunciado cuando nos ha propuesto los platos fuera de carta. A ese precio me parece más honrado de anunciar los precios.