Mesón Los Cantos - Valverde de los Arroyos, Guadalajara

Stefano V.

Comimos de maravilla. La carne fue lo mejor de todo: el solomillo estaba espectacular, tierno, sabroso, en su punto justo. Y las chuletillas, una pasada: crujientes por fuera, jugosas por dentro, con ese sabor que solo sale cuando la materia prima es buena de verdad.

Las cantidades muy bien, sales más que satisfecho. Nada de platos escasos, y para rematar, la tarta de chocolate y nueces casera fue un diez. De esas que notas que están hechas allí mismo, con cariño, y que no te esperas que estén tan buenas.

El trato también fue de los que se agradecen: amable, atento todo el tiempo, sin agobiar, pero siempre pendiente. Se nota que les gusta lo que hacen y que cuidan a la gente.

En resumen: sitio auténtico, comida de calidad y trato cercano. Muy recomendable. Volveremos seguro.

Oscar G.

Se come de maravilla.

Calidad impresionante y los platos son abundantes.

La persona que atiende es muy agradable y te aconseja en todo momento.

Un sitio para ir y comer muy bien.

Pablo R.

Mesón con mucho encanto. RAFA super simpático para atender.
Probamos la matanza [torreznos, chorizo y morcilla] judiones y secreto.
Todo con vino 75e.
Todo muy bueno, pero creo que había mejores carnes que el secreto.

Pol A.

Comer aquí es una visita obligada al visitar los pueblos negros de Guadalajara. Desde la excelente atención del camarero, que en todo momento hace que la experiencia sea muy grata, hasta la comida que además de estar muy bien de precio, es muy abundante y deliciosa.

Goldwing M.

Fuimos a comer 2 personas con reserva previa, sinó aquí no consigues mesa.
Rafa, el dueño, súper amable y servicial. El saber hacer tiene su recompensa tras más de 25 años al frente de este Mesón.
Las croquetas son espectaculares.
El revuelto de setas con jamón, muy rico.
El chuletón lo compartimos porque era muy grande, y para mí la carne dura y con poco sabor.
El flan de café, una exquisitez.
En resúmen para volver siempre.

dan I.

El Mesón Los Cantos, situado en el pintoresco entorno de Valverde de los Arroyos, es una joya gastronómica que combina a la perfección la tradición culinaria con un ambiente acogedor y lleno de encanto.
La comida es, sin duda, el punto fuerte del mesón. Los platos destacan por su sabor auténtico y la calidad de los productos, muchos de ellos locales y frescos. Desde las carnes hasta las opciones más tradicionales de la cocina castellana, cada plato está preparado con un mimo especial que se nota en cada bocado. Las raciones son generosas y están pensadas para satisfacer a todo tipo de paladares.
El ambiente es cálido y rústico, con una decoración que refleja la esencia de los pueblos de la Sierra de Guadalajara., y una chimenea preciosa. El mesón ofrece un espacio perfecto para disfrutar de una comida relajada, tanto si se va en pareja, con amigos o en familia. Las vistas y el entorno natural añaden un toque especial que hace que la experiencia sea aún más memorable.
El servicio es excelente. El personal es amable, atento y siempre dispuesto a recomendar platos o resolver cualquier duda. Desde el momento en que entras, te hacen sentir como en casa, lo que eleva la experiencia a otro nivel.
La relación calidad-precio es inmejorable. La calidad de los productos, el cuidado en la preparación de los platos y el esmero en el servicio hacen que cada euro gastado valga la pena. Es difícil encontrar una experiencia de este nivel a un precio tan justo.
El Mesón Los Cantos es un lugar imprescindible para quienes visiten Valverde de los Arroyos. Su excelente comida, el ambiente con encanto y un trato al cliente que roza la perfección lo convierten en una opción ideal para disfrutar de la gastronomía local. Sin duda, merece una calificación de 10.

Recomendado para quienes buscan una experiencia gastronómica auténtica en un entorno incomparable.

Jay M.

El ambiente muy acogedor, con la archimencionada chimenea y comensales muy educados, con conversaciones a tono y sin música ni ruidos molestos, que es lo que uno busca cuando va a comer. La atención exquisita por parte del mesero, que es quién atendió a la reserva. Muy educado y agradable. El precio muy bueno la verdad: 83 euros para un plato de torreznos, uno de croquetas -las cuales estaban increíbles-, unas judías de puchero, migas al pastor, cachopo, dos refrescos, una botella de agua grande, café, infusión y un postre.

Angel D. A. G.

Un restaurante con encanto igual que el lugar donde se encuentra. Los dueños son encantadores, la comida excepcional, ya quisiera muchos restaurantes con fama de tener esa cocina y el servicio que tiene aquí, rápidos, atentos y con todo detalle. Las mesas con unos manteles preciosos y de tela bordada. Seguro que repetimos.